Con frecuencia las empresas realizan prácticas como el “benchmarking” que tienden a eliminar las diferencias a causa de la imitación de prácticas empresariales.

Es común que las empresas y organizaciones confundan la eficacia operacional, de procesos y administrativa, con una estrategia. La eficacia es necesaria pero no puede sostener ninguna estrategia en el tiempo.

Michel E. Porter, profesor de Harvard, concluyó que la tendencia a adoptar ciegamente prácticas como la mejora continua y la gestión de calidad total, distraen el diseño de estrategias y crean un entorno de competencia insano, limitado y destructivo.